Este fic contiene recreación y especulación sobre hechos del pasado. No tiene spoilers. Todos los lugares y personajes pertenecen a G.R.R. Martin excepto los creados por mí.

jueves, 15 de agosto de 2013

SEGUNDA PARTE. VANAS ILUSIONES. Capítulo 13


Dejó la espada a un lado para secarse el sudor. Mantenerse en forma era fundamental para un guerrero como él, ya que en cualquier momento podía surgir un conflicto, aunque parecía poco probable. Hacía más de cinco años que la Guerra del Usurpador había terminado y los territorios estaban pacificados, aunque no había que confiar nunca. Robert se había revelado como un rey capaz de mantener a los Siete Reinos unidos.

            Los últimos tres años pasaron más rápido de lo que hubiera esperado. Tras la muerte de Serana, Jorah vivió distintas fases: tristeza, rabia e incluso llegó a abusar de la bebida hasta que una carta de su padre lo sacó de su burbuja. A pesar de que los miembros de la Guardia de la Noche dejaban de lado los asuntos familiares, Lord Jeor Mormont envió una nota a su hijo recordándole que hacía diez años depositó toda su confianza en él para gobernar la Isla del Oso. La idea de defraudar a su padre le hizo reaccionar y retomar las riendas de su casa. El problema era que no tenía herederos ni tampoco se le pasaba por la cabeza volver a casarse. El recuerdo de Serana seguía vivo en él y no deseaba sustituirla por nadie.
            Se aseó y bajó al salón grande. Ese día venía a visitarlo su tía Maege, hermana de su padre. Jorah le tenía mucho aprecio porque fue como una madre para él después de que la suya muriera. Era una mujer fuerte, con mucho carácter, buena representante de los Mormont de la Isla del Oso. Hasta Lord Jeor temía sus arranques de mal humor cuando los tenía, que era con frecuencia. Gustaba de vestir como un hombre y se podía decir que era la que gobernaba su casa.

            Un criado hizo pasar a Maege. Llevaba un jubón verde con el oso negro rampante del escudo Mormont en un lado. También vestía pantalones de cuero y botas de montar. El pelo lucía suelto y ya se adivinaban algunas canas en él. “¡Querido sobrino, ven a mis brazos!” Jorah no pudo reprimir una sonrisa al ver a su tía con ropa de montar masculina. Estaba seguro de que había venido a caballo y sentada a horcajadas. “¡Cuánto me alegro de veros, tía! Os eché mucho de menos después de la muerte de mi esposa.” La besó en la mejilla con afecto. Ella le revolvió el pelo, como si aún fuera ese niño que cuidó tras quedarse sin madre. “Hijo, me dolió mucho no poder estar contigo en esos momentos, pero yo misma estaba preñada otra vez. No me fue posible desplazarme y así te lo dije a través de un cuervo.” “Por favor, tía, no os disculpéis, sé que no es fácil para una mujer y madre de varias hijas ir de un sitio a otro.” Maege le dio un apretón en el brazo. “Bueno, ¿qué os trae por la Isla?”, preguntó Jorah. Ella se sentó sin pedir permiso y se sirvió una copa de vino rojo de Dorne, más fuerte que el dorado del Rejo. Se bebió todo el contenido de un trago y se secó la boca con el dorso de la mano. “Me preocupa el futuro de nuestra casa. Mi hermano está en la Guardia de la Noche, tú no tienes descendientes y mi marido sólo mete hijas dentro de mi barriga. Hay que poner una solución ya.” Jorah no entendía adónde quería ir su tía a parar con su discurso. Ella prosiguió. “Eres joven, puedes procrear y creo que aún tendrás ganas de tener tu cama caliente, con todos los respetos hacia tu difunta esposa. Pero ella es el pasado y la Isla es el futuro. ¿Sabes lo que quiero decir?” “Tía, yo… No estoy preparado para volver a casarme. No te voy a negar que echo de menos una mujer, pero…” Ella estalló en una sonora carcajada. “¡Por los dioses que eres un hombre raro! No me puedo creer que no hayas estado con ninguna hembra desde que murió tu esposa.” Se sonrojó ante la indiscreción de su tía. “Eso se va a solucionar hoy si tú quieres.” Dio una sonora palmada y la puerta se abrió, dejando paso a una adolescente muy alta para la edad que aparentemente tenía. “Te presento a tu prima Dacey.” La muchacha hizo una reverencia ante Jorah, que se quedó estupefacto. Había conocido a su prima cuando era un bebé y calculó que no debía tener más de catorce años, unos veinte menos que él. “Ya tiene su sangre, así que está en edad de casarse. Todo quedará en familia.” No daba crédito a las palabras de Maege, pero no sabía cómo rechazar la oferta sin ofender a su tía. “Sin duda Dacey es una buena candidata, ¿pero no es demasiado joven aún? Y yo soy muy mayor para ella, ¿no creéis?” La mujer levantó una ceja. “No me vengas con esas excusas. Matrimonios más desiguales he presenciado. Tú aún eres un mozo, al menos para mí. Además, las mujeres, desgraciadamente, envejecemos antes que los hombres. Y cuando digo envejecer no me refiero a que nos salgan arrugas”, afirmó guiñándole un ojo. Veía que no tenía salida. De pronto se le ocurrió algo. “No creo que sea bueno mezclar nuestra sangre, ya que es la misma. Fijaos lo que pasó con los Targaryen y sus prácticas.” “¡Paparruchas, muchacho! En fin, veo que mi hija primogénita no es digna de ti”, dijo con un falso enojo. Dacey miró a Jorah con tristeza. Él se encogió de hombros y le tendió una mano. “Querida prima, quiero que sepas que el hombre que se case contigo será muy afortunado. Pero debes saber que conmigo tú no serías feliz y eso me importa más que mi propia dicha.” Su tía lo miraba con asombro. “Te has vuelto un blando, sobrino, no pareces un Mormont.” Se levantó de su asiento. “No te voy a obligar a nada, pero te advierto una cosa: elige bien a la que vaya a ser madre de tus hijos. La Isla del Oso merece seguir en pie por mucho tiempo, tal y como reza nuestro lema, Aquí aguantamos”. Jorah abrazó a Maege como abrazaría a su padre. “Muchas gracias por preocuparos y por vuestros consejos.” Se giró hacia su prima. “Ha sido un placer reencontrarme contigo, Dacey. Te deseo lo mejor en la vida. De todo corazón.” Le besó la mano con suavidad y la chica se ruborizó.
            Dos días después, sus parientes se fueron. Estaba deseando quedarse solo. Y es que, aunque aparentemente había superado la muerte de Serana, no encontraba ningún motivo para seguir viviendo salvo el de mantener la promesa hecha a su padre.


8 comentarios:

  1. Muy bueno. Al final todas las Casas de Poniente quieren hacer lo mismo que los Targaryen....pero a Jorah le hubiera ido mejor con Dacey.

    Julia Stark

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    1. Pues sí. La pena fue que se muriera Serana, que era buena esposa :(

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  2. Q bien escribes me gusta mucho, es triste q serena muriera :/

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    1. Muchas gracias por el comentario. Espero que sigas leyendo, que aún queda mucho que contar :3

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  3. Ay ay ay ay ay ¡Dacey! me muero de amor.

    Jo, sí que son desiguales los matrimonios en Poniente sí. Este hombre es un señor de los pies a la cabeza, cada día lo adoro más.

    No sabía que el lema de la casa Mormont era "Nosotros aguantamos" ¡Qué BUENO! Ese va a ser mi lema desde ahora, me gusta mucho.

    ¿Sabes una cosa? Además de hacerme disfrutar me enseñas cosas a todos los niveles cada vez que te leo, y ¿sabes otra? Lo único bueno de haber estado rara estos días y no haber leído, es que ahora tengo cuatro capítulos de tirón para fangirlear contigo. Weeeeeeeeeeeeeee.

    Cristina xDDDDDDDDDDDD

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    1. Gracias por comentar, como siempre :)

      Sí, este señor hace alarde de su lema, jajaja. Menudo aguante va a tener con la khaleesi...

      Me alegro de que la lectura te sirva para levantar ese ánimo :3

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  4. Bueno, mientras estaba de vacaciones podía leer casi todos los días tus capítulos, pero comentar desde la tablet ya me resulta misión imposible, así que voy a dejar alguna de mis impresiones de cada capítulo ahora que puedo ;)

    Desde luego, Lady Maege los tiene muy bien puestos. Ni corta ni perezosa ha ofrecido a su hija mayor para que la dinastía de los Mormont no caiga en el olvido. Pero Jorah... ay, Jorah. Con lo enamoradísimo que sigue de su mujer no ha podido aceptar a su prima. Me ha gustado porque no solo rechaza el matrimonio por sus sentimientos, sino también para no obligar a Dacey. Es un amor este hombre.

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    1. Cómo se nota que me gusta, ¿eh? A mí siempre me ha parecido un señor :3

      Maege es una señora de armas tomar, me encanta XD

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