La visita de Maege no
se alargó demasiado. Durante la misma, Jorah quiso demostrar a su tía que
Lynesse era la esposa perfecta y una buena anfitriona, dejando en manos de la
joven la organización de las recepciones. No faltó detalle en ninguna de las
comidas y cenas que ofreció esos días, quizás demasiado extravagantes para lo
que era costumbre en la Isla. Lynesse pedía unos ingredientes difíciles de
conseguir en esas latitudes, frutas que sólo se producían en las regiones
cálidas del sur, plantas aromáticas con nombres nuevos para las cocineras…
Cuando no obtenía lo que quería, se enfadaba con toda la servidumbre y venía a
darle las quejas a él, que no sabía qué hacer. Jorah achacaba esos arranques de
mal humor a los nervios por impresionar a su invitada y ser aceptada por ella.
Una vez que Maege se
fue, la notó más relajada. Aun así, seguía con las exigencias. “Aquí sólo se
come pescado. ¿No os aburrís?”, se quejaba. “Ésta es una tierra de pescadores,
Lynesse. Vivimos en una Isla, no lo olvides.” Ella asentía, pero al final
siempre lograba que le trajeran otros platos. Las cocineras no sabían cómo
preparar los nuevos ingredientes que ella mandaba pedir, así que Lynesse
contrató a otras venidas del sur y mandó despedir a las antiguas. Jorah no
quiso prescindir de unas mujeres que prácticamente lo habían criado, por lo que
rogó a su esposa que sus empleadas instruyeran a las de la Isla y se marcharan
después. “Oh, esposo mío, tus cocineras son personas mayores, llenas de manías
difíciles de corregir. Es imposible que aprendan.” Al menos consiguió que se
quedaran de ayudantes de cocina.
A lo largo de un año,
el aspecto de la fortaleza cambió. Las habitaciones estaban llenas de muebles
nuevos, cortinajes, adornos de todo tipo. Jorah no reconocía su propio hogar.
Lynesse encargó ropa para ella y para él. Había bastantes trajes lujosos, más
de los que Jorah había tenido en toda su vida. “Quiero dar fiestas, invitar a
gente aquí. Que vean cómo vivimos los Mormont de la Isla del Oso, como reyes y
no como pescadores.” Cuando Serana estaba viva, nunca se organizaron bailes ni
banquetes aparte de las comidas para agasajar a los familiares que visitaban el
lugar. “Invitemos a Lord Stark, querido. ¿Qué te parece?” Jorah no sabía cómo explicarle que ahora ella
pertenecía a una casa vasalla y eran ellos los que debían ir a rendir homenaje
al Norte. “Verás, Lynesse… Lord Stark nunca sale de Invernalia, tiene una
familia que cuidar, es padre de tres hijos, una de ellas aún un bebé, y, por otra parte,
somos nosotros los que le debemos una visita para que seas presentada allí.”
Lynesse parecía decepcionada. “Oh, pues me aburro. Mucho.” Jorah tuvo una idea.
“Has hecho muchos cambios en nuestro hogar. ¿Por qué no preparas una habitación
para… un niño?” Lynesse lo miró sorprendida. “¡Pero Jorah, si aún no tenemos
ninguno!” Él se ruborizó ante su propia idea. “Pero… alguna vez lo tendremos,
¿no?” La joven sonrió. “Oh, sí, claro. Emmm… Bueno, tengo una cita con un
mercader de telas. Si me disculpas…” Dio un beso a Jorah en la mejilla y salió
de la estancia canturreando. Él se quedó allí, sin saber qué pensar de la
actitud de su esposa.
Lo que dije ayer, me reafirmo: Lynesse es Paris Hilto o incluso más pedante.
ResponderEliminarJorah está en la zona pagafantas NIvel 8 de 10. Me parece que Lynesse no quiere tener hijos, no sé si le habrán explicado que en su época, las mujeres servían para llevar la casa y tener hijos (excepto Brienne y Arya que son las Juanas de Arco Westeras)
Julia Stark
Jajaja, me parece que he creado el personaje más petardo de todo Poniente e.e
EliminarQué horror de mujer, de verdad. Está claro que el amor es ciego, Jorah no quiere ver la actitud de su nueva esposa porque la mira y se le caen los calzones a plomo.
ResponderEliminarNo sé cómo Maege no ha vuelto a saltar alguna de las suyas, jajaja.
Y pienso lo mismo que Julia, me da que nuestra querida Paris no quiere tener hijos. ¿No estará tomando el té de la luna a escondidas? Jum... esto me da que pensar.
Yo no digo nada e.e
EliminarChicas que yo he pensado lo mismo!!!!!!!!! Esta se toma el "Té de la luna" a escondidas!!!!!!
ResponderEliminarEl problema de ella, es que por mucho dinero que tenga no deja de ser una provinciana con ínfulas.
La tiña que la tenemos todas, y esta cabrona no se morirá ¿qué te juegas?
Jorah, te van a destruir la honra y la reputación. :'(
Esperando el próxino.
Cris :)
Y Jorah sin venirse para España, jajaja. Ains, qué ciego está...
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