Este fic contiene recreación y especulación sobre hechos del pasado. No tiene spoilers. Todos los lugares y personajes pertenecen a G.R.R. Martin excepto los creados por mí.

viernes, 2 de agosto de 2013

PRIMERA PARTE. LOS GOLPES DEL DESTINO. Capítulo 1


Su temor había sido infundado. Después de cinco años como cabeza de la casa Mormont, Jorah había conseguido mantener el prestigio que su padre le había dado. Su vida era completa, salvo por una cosa: Serana no era feliz porque aún no le había dado un heredero. A Jorah no le importaba tal cosa e intentaba hacérselo ver, pero ella sentía que había fallado a su esposo.


El primer año de casados, Serana no se quedó en estado y las habladurías sobre su infertilidad no tardaron en llegar. La pareja intentaba hacer oídos sordos a todo eso, pero Jorah sabía que su mujer sufría más que él. La propia Serana achacaba la ausencia de hijos a algún problema físico de ella. La muchacha se puso en manos del maestre e hizo todo lo que le recomendó, pero no obtuvo ningún resultado. Cada vez que tenía su sangre de la luna, la tristeza se apoderaba de la joven. Jorah se desesperaba ante la impotencia de no poder hacer nada. Además, Serana ponía cada vez menos pasión en sus encuentros sexuales, como dando por perdida la oportunidad de concebir un hijo. A él le daba la sensación de que lo aceptaba en su lecho sólo por cumplir con su deber como esposa. La tristeza invadió a la pareja, pero eran jóvenes y confiaba en que el deseado embarazo no tardaría en llegar. Se equivocaron: Serana tardó más de cuatro años en quedar encinta por primera vez. Aunque fueron muy estrictos con los cuidados de la embarazada, perdieron el bebé. Tras el aborto, Serana se sumió en una depresión y Jorah la consolaba estando destrozado a su vez. Cuando ella no lo veía, lloraba con amargura, recordando a su madre. Le invadía el temor de que Serana muriera como ella y, a la vez, se sentía culpable de la infelicidad de su esposa. Se amaban como el primer día en el que se vieron en su boda y la ausencia de un heredero estaba destruyendo su relación. Estaba perdiendo a su esposa poco a poco.
Esa mañana se había levantado con cuidado para no perturbar el sueño de Serana. Hacía un día espléndido y decidió que debían disfrutarlo juntos. Con ayuda de las mozas de la cocina, preparó un suculento almuerzo y lo depositó cuidadosamente en unas alforjas junto con una botella de buen vino de las bodegas. Hecho esto, subió a la habitación. Una vez dentro, despertó a su esposa con un suave beso en los labios. Hacía meses que no hacían el amor y Jorah estaba desesperado por tocar todo su cuerpo, pero se contuvo. Serana se revolvió en el lecho y abrió los ojos despacio, sonriendo a su marido. “Buenos días, mi amor. ¿Cómo te encuentras hoy?” Ella asintió y le dijo que bien. “Tengo una sorpresa para ti. Y no aceptaré una negativa.” “¿Qué es, Jorah? Estoy tan cansada…” Él le puso un dedo en los labios. “He dicho que no quiero excusas.” Se levantó y corrió las cortinas. Un chorro de luz invadió la estancia. Abrió las ventanas y el rumor de la brisa se unió al canto de unos pájaros cercanos. “Serana, hay vida ahí fuera. Tú y yo también estamos vivos y sería un pecado contra los Dioses Antiguos y Nuevos no disfrutar de lo que se nos ha dado.” Ella lo miraba con lágrimas en los ojos. Jorah se acercó al lecho y se recostó junto a la joven. Empezó a acariciarle el pelo. “Te amo, te amo más que a mi vida y verte así me tiene destrozado. ¿Es que no eres feliz conmigo?” “¡Oh, sí, lo soy! Pero te he defraudado. Podrías haberte casado con una muchacha fértil y tener muchos hijos. Sin embargo…” Jorah la besó. Serana respondió al beso por primera vez después de tanto tiempo. “Te he echado de menos. Nos tenemos, nos queremos. Para mí es más que suficiente. Que no hayamos tenido niños no es lo peor que pudiera pasarnos. Prefiero envejecer contigo que perderte por un bebé al que ni siquiera conozco. Te quiero a ti, Serana. Lo demás no me importa.” La joven estaba emocionada. Jorah no era una persona demasiado abierta con sus sentimientos, pero no pudo soportar más tiempo el peso de lo que sentía en su corazón. Necesitaba sacarlo para recuperar a su mujer. “De acuerdo, Jorah. Dejaré el lecho, me vestiré y peinaré para ti, y te acompañaré adonde tú me digas.” Se fundieron en un fuerte abrazo. Jorah lloró de alegría mientras estrechaba a Serana en sus brazos. “Te he recuperado. Voy a hacerte la mujer más feliz del mundo”, pensó para sí.

7 comentarios:

  1. Vale, directo al corazón! qué tierno es Jorah y esa mujer suya, pobrecita, que lástima me da, se siente culpable por no darle herederos al oso...qué pena de tiempo precioso a su lado que está desperdiciando, me temo que nos vas a hacer sufrir, Athena malandrina! Besos!

    ResponderEliminar
  2. Hay amores muy bonitos, este es uno de ellos. Qué lástima vivir en una sociedad en la que si no tienes hijos se te invalida como mujer, e incluso puede hacer morir una relación donde hay afecto de verdad.

    Me ha gustado mucho el capítulo, me ha gustado mucho cómo quiere Jorah, y me ha gustado mucho su mujer.

    Intuyo que voy a llorar un montón con este fic.

    Ya tengo ganas de leer el siguiente capítulo. Gracias.

    Cristina :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario. Ya tienes el nuevo capítulo :).

      Eliminar
  3. Athena... que gusto leerte de nuevo.... He estado un tanto ocupada estos días pero ya me pongo en corriente para la lectura... Se ve un buen comienzo!!!!...
    Gracias!

    ResponderEliminar
  4. Digo lo mismo que Ximena, últimamente ando un poco ocupada y no he podido leer antes el fic, pero ahora mismo me pongo al día è_é

    Este primer capítulo es muy bonito y muy triste a la vez. Muy cargado de sentimientos y emotividad. No recuerdo nada de la relación que tuvo Jorah con su primera mujer, así que mucho mejor porque todo esto es totalmente nuevo para mí. Así me intrigo mucho más, jajaja.

    Y solo puedo decir una cosa al ver a Jorah junto a Serana (bonito nombre, por cierto)... es demasiado adorable. Espero que el tiempo que estén juntos sean felices, aunque no estoy yo muy segura de ello.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por comentar, chicas :3

      Realmente no se sabe demasiado de la relación de Jorah con su primera mujer, solo ciertas cosas que no diré para no adelantar acontecimientos. Se puede decir que esto es aportación mía, he inventado una historia para ellos.
      Por otra parte, y como aviso a los puristas, he leído que Jeor no dejó su título a Jorah hasta después de la Guerra del Usurpador, pero esto es un fic y he cambiado las cosas para hacer la historia más interesante y totalmente centrada en Jorah. Espero que no se moleste nadie.

      Eliminar