Este fic contiene recreación y especulación sobre hechos del pasado. No tiene spoilers. Todos los lugares y personajes pertenecen a G.R.R. Martin excepto los creados por mí.

martes, 27 de agosto de 2013

Capítulo 25


Tenía una reunión con uno de sus administradores. Cryton era el más eficiente de sus hombres en lo referente a los asuntos económicos de la Isla. Había trabajado para su padre y seguía haciéndolo ahora para Jorah. A él le extrañó la premura con la que pidió verlo. La nota decía que creía importante que conociera ciertos aspectos de la situación de la hacienda. A esas alturas del año, aún no tocaba recaudar ningún tipo de renta o alquiler, por lo que Jorah no imaginaba de qué podía tratarse.

Cryton entró con un montón de pliegos bajo el brazo. Jorah leyó la preocupación en su cara, pero no quiso darle importancia. “Tú dirás, Cryton. Me ha dejado un poco preocupado tu nota para verme.” El administrador pidió permiso para tomar asiento. “Ser Jorah, estamos a mitad del año y las cuentas no van nada bien. Los gastos de los últimos meses han sido muy altos en comparación a registros pasados. La mayoría son pagos de cosas superfluas, lo que deja muy poco dinero para las necesidades básicas.” Jorah, se quedó pensando. “Mi esposa ha hecho algunas reformas en la fortaleza, pero no creo que eso haya aumentado tanto los gastos.” Cryton le alargó uno de los pliegos. Él leyó en silencio las anotaciones. Era verdad que allí había un exceso de compras, pero quedaba bastante remanente. “Bueno, aún hay fondos, ¿no? No creo que tengamos problemas para terminar el año. ¿Todos los arrendatarios han pagado sus cuotas?” “Sí, señor. Puntualmente, como siempre.” “Entonces no hay nada más que discutir. No te preocupes, Cryton. Estos gastos no van a ser continuos. El año que viene recuperaremos lo invertido.” El hombre lo observó con desconfianza y Jorah le puso una mano en el hombro para calmarlo, invitándolo a salir de la habitación.
Cuando se quedó a solas, reflexionó sobre lo que Lynesse había gastado. Cryton tenía razón: si seguía a ese ritmo, se quedarían sin fondos y él no deseaba subir las cuotas de los arrendatarios. No era justo para ellos. Decidió hablar con su esposa sobre el tema. En ocasiones se sentía culpable por haber sido tan impulsivo al casarse con ella sin apenas conocerla, pero cuando ella lo miraba y le sonreía, no era capaz de controlarse. Lo tenía a su merced, hechizado.
La halló en un cuarto que había acondicionado exclusivamente para su uso personal. Se estaba probando un vestido nuevo y lucía muy atractiva. Lynesse se sorprendió al verlo.“¡Oh, estás aquí! ¿Qué te parece mi nueva adquisición?” “Estás preciosa, como siempre.” Se acercó y la besó en el cuello. Empezó a subir sus labios hacia su boca, pero ella lo apartó. “Aquí no, podría entrar cualquiera…”, dijo ella suspirando. Jorah cerró la puerta con llave. “Ahora ya no.” Pero no había venido a hacerle el amor. Tenía que resistirse a los encantos de Lynesse si quería hablar con ella seriamente. “De todas formas, quería comentarte algo.” Tomó asiento y Lynesse lo miró preocupada. “Sé que la fortaleza no es de tu gusto ni de tu clase y te he dejado hacer muchas reformas, pero debes frenar un poco los gastos. Hay cosas imprescindibles como la comida, el mantenimiento de las murallas o la herrería que no pueden dejar de estar bien atendidas y para eso hace falta el dinero, ¿comprendes lo que te quiero decir?” Lynesse se volvió hacia el espejo, contemplando su imagen. “Sí, lo comprendo. Pero cuando nos casamos nos prometiste a mi padre y a mí frente al altar de los Siete que me cuidarías y vivirías por y para hacerme feliz.” Jorah empezaba a perder la paciencia. “¿Y no lo he hecho hasta ahora? ¿Qué haces tú para que yo sea feliz? ¡Me he entregado a ti por completo, Lynesse!” La joven se giró hacia él de nuevo. “¡Y yo a ti! ¡He venido a este sitio miserable por amor y sólo pretendo hacerlo un lugar digno para que tú y yo vivamos juntos, aunque tú creas que son sólo frivolidades! ¡No quiero que mis hijos se críen en un hogar pobre y carente de comodidades!” Fue la gota que colmó el vaso. Jorah se levantó con rabia y abandonó la estancia dando un portazo.  

5 comentarios:

  1. Pero pero pero ¡¿Cómo puede tener tan poca vergüenza la pava?! La cara dura es brutal!!!!!

    Su primera movida #Chispas ... ¿Sabes lo peor? Que estas mujeres siguen ganando y destrozando y aún así los tienen comiendo de su mano... no lo ven hasta que es demasiado tarde.

    Cada vez me gusta más el fic.

    Cris xD

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    1. Los hombres no tienen remedio... Gracias por todos tus comentarios, por cierto :3

      Me alegro de que te guste el fic a pesar de la Paris Hilton, jajaja.

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  2. Cada día le viene mejor el sobrenombre de Paris Hilton a esta muchachita... en cada capítulo es más y más odiable.

    Y cómo bien dice Cristina estas tías siguen por ahí haciéndose con la suya, sin que los hombres se den cuenta. Aisss, pobres.

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    1. Una petarda de dimensiones catedralicias, sí. #JorahVentePaEspañaYA

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  3. Lo va a dejar sin un dragón de oro. Dónde está Dany con los dragones cuando hace falta...
    Jorah, mándala con su papi...

    Julia Stark

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