Dos días después de la
toma de Pyke se hizo la ceremonia formal de rendición de la fortaleza. Balon
Greyjoy había perdido la partida frente a Robert, además de su prestigio, su
flota y sus dos hijos mayores, Rodrik y Maron. Le quedaban dos más: Asha, una
adolescente, y Theon, un niño de unos nueve años, que estaban presentes en ese
momento tan humillante. Jorah observó la arrogancia de la joven al mirar al rey
directamente a los ojos, mientras que Theon bajaba la cabeza con sumisión.
Robert decidió que el
niño pasara a ser rehén de Eddard Stark en Invernalia. Lord Stark se sorprendió
ante este hecho, pero a Jorah le pareció que era el mejor destino para Theon
una vez que su padre había perdido la guerra. Eddard sería un hombre justo y
quizás cariñoso con el niño, que en esos momentos tenía los ojos enrojecidos al
tener que despedirse de su familia. Baron y Asha lo miraban con desprecio y ni
siquiera respondieron a sus abrazos. Los Greyjoy eran gente dura. Por algo se
les llamaba los Hijos del Hierro, pensó Jorah.
Acabado el acto,
comenzaba otro no menos importante: el reconocimiento a los hombres más
destacados en el combate. Jorah era uno de ellos, junto a Thoros de Myr y
Jacellyn Bywater. Este último había perdido su mano derecha durante la toma de
Pyke, pero le aseguró a Jorah que seguiría empuñando una espada como fuera.
Robert se levantó del
asiento improvisado para él y desenfundó una espada ritual. Llamó primero a
Thoros. Jorah estaba tan nervioso que no se enteró de nada de lo que el rey
dijo e hizo. De repente se dio cuenta de que tenía ganas de orinar. No había
ido a hacer sus necesidades en toda la mañana y justo en ese momento se percató
de ello. Empezó a mover las piernas. “Quizás
la gente piense que es sólo por los nervios. Dioses, no sé cómo voy a
aguantar.” Tras Jacellyn Bywater, era su turno. Se acercó a la plataforma
sobre la que estaba Robert y se puso de rodillas. Notaba el sudor resbalando
por su rostro. Echó una rápida mirada hacia Robert, que lo observaba con cara
de sorna. Éste soltó una carcajada. “Os juro que seré breve, jajajaja.” Había
adivinado lo que le pasaba y Jorah lo agradeció. Con la imposición de la espada
ritual y las palabras ceremoniales, pasaba a convertirse en caballero, Ser
Jorah Mormont, de la Isla del Oso. Así que ése era su destino y no el de morir
en Pyke. Pensó en lo orgulloso que estaría su padre de él. Y también pensó en
Serana. “Este título te pertenece, esposa
mía. Espero que me estés viendo desde la otra vida.”
Se puso fin a la
ceremonia y pronto se montaron mesas y sillas para dar de comer y beber a los
asistentes. Robert anunció entonces la organización de un torneo en Lannisport
para celebrar la victoria sobre los krakens e instó a todos a participar en él.
Jorah marchó con paso rápido pero firme hacia las letrinas, pensando en que
sería una buena manera de distraerse tomar parte en el torneo. Una vez que se
desahogó físicamente, salió más tranquilo, pero un sollozo infantil lo detuvo.
Buscó a la persona que emitía los sonidos quejumbrosos y pronto dio con ella:
era el pequeño Theon, que había buscado refugio en ese lugar apartado. Al notar
la presencia de Jorah, el niño se enjugó las lágrimas e intentó aparentar calma
y hasta dignidad. Jorah se acercó al él. “No es ninguna vergüenza llorar,
¿sabes? Y más si tienes un motivo para hacerlo.” Theon bajó la cabeza al tiempo
que daba hipidos. “¡No quiero irme de aquí! ¿Por qué yo? ¿Por qué no mi
hermana? ¡Yo soy el heredero de Pyke, el hijo varón de Balon Greyjoy!” El niño
no podía entender la decisión de Robert, consistente en castigar al rebelde
quitándole al único varón que le quedaba. Se agachó delante de Theon, buscando
las palabras adecuadas, y lo tomó por los hombros. “Escucha. Te vas a convertir
en un caballero. Vas a vivir en una gran fortaleza rodeada de bosques espesos y
embrujados, como en los cuentos, y entrenarás con los mejores maestros de armas
del Norte. Invernalia es un buen lugar y Lord Stark será como un padre para
ti.” Theon negó con la cabeza. “¡No, no, quiero quedarme aquí! ¡Soy un Hijo del
Hierro, un kraken, no un lobo!” No sabía cómo consolar al pequeño, no tenía
experiencia ninguna con los niños. Entonces apareció Eddard Stark. Jorah sintió
que sobraba allí, pero al alejarse, miró hacia atrás y vio a su señor dando un
abrazo paternal a Theon, mientras le acariciaba la cabeza y le susurraba
palabras de consuelo en el oído. Creyó oír una pequeña carcajada antes de
perder a ambos de vista.
Muy buen capítulo. Muy bien descritos Balon y Asha. Theon ya era un llorón incomprendido desde niño.... Pero Ned siempre está al rescate.
ResponderEliminarDile a Jorah que no vaya al torneo....que hay perraca rubia a la vista....
Julia Stark
A Jorah le podemos gritar que no vaya, pero irá...
EliminarAy qué penita Theon tan chiquitillo! Y Jorah que cada día me gusta más.
ResponderEliminarMe encanta la solución del cuarto de baño, jajajaja; jamás me hubiera imaginado algo así ¡Qué bueno!
Y estoy deseando leer lo del torneo porque todo el mundo habla de él y yo no sé que pasó ni por qué tuvo un encontronazo con Ned como me ha parecido que me spoileaban uno de estos días. Estoy "liá" jajaja.
PD: Espero que salga Jaimito #LoDejoCaer jajaja ;)
Muy bueno el capítulo.
Cristina xD
Lo de las "necesidades físicas" está inspirado en la serie. Jorah le cuenta a Ser Barristan que se estaba haciendo pis cuando iba a ser nombrado caballero y me pareció gracioso ponerlo :)
EliminarMañana sabrás por qué es tan importante el torneo...
Muy cómico el momento en el que va a ser nombrado caballero y Jorah está que ni aguanta ya las ganas de orinar xDDD No recordaba que eso lo dijera en la serie, ha sido buena recordarlo, jaja.
ResponderEliminarY pobre Theon, me da pena ver cómo lo trata su padre aún siendo un niño. Es "comprensible" que quisiera hacer todo lo posible por recuperar el reconocimiento de su progenitor, aunque todo tiene un límite en esta vida y él lo sobrepasó. Así le va ahora.
Jeje, es que Jorah lo tengo estudiado y eso me hizo gracia cuando lo vi en la serie e.e
EliminarTheon es una víctima más aquí y equivocará el camino al ser un desagradecido con los Stark. Pero hay justicia divina...