El regreso a la Isla
del Oso fue menos incómodo de lo que esperaba. Lord Eddard le proporcionó un
buen caballo a él y unos jamelgos pasables a sus hombres. No tuvo noticias
sobre los desaparecidos, pero dedujo que habían muerto. Tenía que olvidar lo
ocurrido. Ahora tocaba enfrentarse a Lynesse.
Ella no sabía nada de
la detención. Cuando llegó a su hogar, la joven se sorprendió al verlo
acompañado por hombres de armas de Invernalia. Su cara reflejó decepción y un
punto de miedo. “¿Qué ha pasado?”, le preguntó una vez que estuvieron a solas.
“Unos vigilantes de Lord Stark nos sorprendieron cuando estábamos a punto de
volver. Kyle y otros dos han muerto. Y todo para nada.” Se quitó la camisa,
dejando al descubierto la herida infectada. “Llama al maestre. No quisiera
perder también un brazo.” Lynesse se mordió el labio en un gesto de
culpabilidad. Salió del dormitorio, dejando a Jorah solo unos minutos durante
los que estuvo ordenando sus ideas y cómo decirle a su esposa lo de la Guardia
de la Noche.
El maestre llegó con
varios ungüentos que aplicó con delicadeza. “No está tan mal como parece, mi
señor. En pocos días cicatrizará. Os daré leche de la amapola para que
descanséis.” “Ni se os ocurra. No necesito ese brebaje para nada.” Con un gesto
de la mano le ordenó que se fuera, mientras que pedía a Lynesse que se
acercara. Ella obedeció temerosa. “Siento mucho lo ocurrido, yo sólo quería
ayudar.” Jorah la miró ceñudo. “Pues éste ha sido el resultado. ¿Sabes que
estoy condenado a morir decapitado?” Lo dijo para ver la reacción de Lynesse,
que soltó un gritito ahogado. “¡No puede ser! ¡Es horrible!” Y se lanzó a sus
brazos llorando. Al menos sentía su supuesta muerte. Le acarició el pelo.
“Cálmate, por favor. Lord Eddard ha conmutado la pena por otra cosa: unirme a
la Guardia de la Noche.” Ella levantó la cabeza, mirándolo con asombro. “¿Cómo?
¡Eso es aún peor! Saber que estás vivo y tan lejos de mí!” Volvía a salir la
niña caprichosa que llevaba dentro. “¿Prefieres verme muerto?”, le susurró.
“Oh, no… Pero es que… Si estás vivo y no estás conmigo, creo que no lo soportaría.
¿No hay otra manera de expiar tu culpa? Trabajar en Invernalia, dinero…” “No,
Lynesse. Voy a vestir el negro y no hay nada más que hablar. Tienes a Cryton
para que te ayude a gestionar la Isla. Y mi tía Maege será informada de mi
marcha.” Al oír el nombre de su tía, a Lynesse le cambió la cara. No
simpatizaron cuando se conocieron y Maege no volvió a visitarlos jamás. “Debe
haber otra solución. Yo… no quiero que nuestro hijo se críe si un padre.” Jorah
la cogió por los hombros. “¿Has dicho… nuestro hijo? ¡Oh, dioses, voy a tener
un heredero! Ciertamente esto cambia las cosas, pero es imposible eludir mi
destino, Lynesse.” La situación era desesperante. Cuando por fin conseguía
tener descendencia otra vez, tenía que irse al Muro. Pero ¿qué podía hacer?
“Huyamos, Jorah, huyamos de aquí y empecemos una nueva vida lejos de Poniente,
en Essos. Prefiero vivir como una exiliada a ser una especie de viuda con un
marido caído en desgracia. No lo soportaría. Y piensa en la vergüenza que
pasaría tu padre, Lord Comandante de la Guardia de la Noche, viendo a su hijo
allí por ser un delincuente.” Jorah negó con la cabeza. “Lo que me pides es
imposible. Lord Eddard me ha escoltado para que no me fugue. Y yo he dado mi
palabra.” Lysenne se levantó de la cama. “A mí también me diste tu palabra ante
un altar. ¿No es eso más importante?” Estaba apelando a su punto débil: los
votos matrimoniales eran algo sagrado para Jorah. Había jurado cuidar de ella y
de sus descendientes. Era verdad que se sentía incapaz de abandonarla a su
suerte.
Muy buen capítulo con la rubia mordiéndose el labio (que tenga cuidado y no vaya Sr. Grey a visitarla). Jorah, haz caso de Ned y hazte cuervo, que ese hijo que espera no es tuyo....
ResponderEliminarJulia Stark
Jejejeje... Ya veremos, ya.
EliminarYo creo que ni está embarazada ni na, eso lo hace para tocarle la fibra sensible a Jorah!
ResponderEliminarJajaja, menudo debate. Esto me gusta...
EliminarEstoy con Elora, esta se ha inventado el embarazo para tenerlo bien agarrado!!!
ResponderEliminarY él sigue ciego!!!!!!!! Me pone tan de mal humor que mira que le tengo afecto y aún así me dan ganas de decirle ¡te lo mereces por idiota! No puedo, no puedo, especialmente estos días #Gggggrrrr
Me ha gustado mucho el capítulo!!!!! Ainssssss mañana.
Cristina ;)
La verdad es que Martin es bastante cruel con sus personajes. A Jorah lo deja por los suelos, me estoy dando cuenta al escribir este fic.
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